16 de diciembre de 2011

En esta Navidad…


Cuando escucho la palabra Navidad, además de venir a mi mente regalos, posadas, alcohol, outfits invernales y kilos de más, también pienso en el amor, la nostalgia, la soledad y las ganas de poder compartir estas fechas (mercadológicamente planeadas) con alguien especial.  Debí haber nacido judía. Osh.

Durante mis escasos 30 años, -sí, ya no me da pena decirlo- siempre en esta fecha me empieza ese cosquilleo que me avisa que pronto estaremos reunidos alrededor del arbolito de navidad abriendo los regalos, que seguramente no nos gustarán, pero aún así pondremos nuestra mejor sonrisa y le diremos a la tía Lola, -¡Gracias, linda esta brrrrruuuuto! ¬_¬

En fin, me puedo pasar horas escribiendo sobre los regalos no deseados y nunca terminaría; en realidad vine a hablar de las famosas cartas a Santa Clos, Niños Dios, Reyes Magos, Papás, American Express, o cualquier personaje, persona u objeto que nos “regale“ lo que tanto deseamos.

Seamos Realistas, NO QUEREMOS LA PAZ MUNDIAL, eso se lo dejamos a las Miss Universos y anexas, tampoco queremos seguridad, para eso está el Gobierno Federal y su famoso “silbidito“ infernal, que la neta ya me lo aprendí. No queremos, tarjetas de regalo de ZARA, ni un pase doble para un facial, NO, NO, NO.

En realidad queremos solo DOS cosas, 1- AMOR, pero del bueno, ese que te despeine, te haga sentir mariposas, (en mi caso creo que mi acidez las mató y ahora siento palomillas de radiador), amor que te haga levantarte y peinarte, con el que quieras pasar el resto de la eternidad, aunque esta sea de 3 meses nada más.

2- Cosas MATERIALES, regalos caros, un buen par de Louboutin, (ya me los regalé by the way, si no lo hago yo ¿quién? ¡¿QUIÉN?!), un viaje por el mundo, un diamante para tu mano izquierda (Léase, primer opción de regalo, AMOR=Diamante) bla, bla, bla.

La interesada y unos cuantos dirán, pero claro que tenemos que ver por nuestros intereses, a menos que se quieran quedar ahí pasmadas toda la vida añorando lo que pudo ser y no lucharon por conseguirlo.

En mi caso personal, y tomando en cuenta que la locura vive en mí como Mufasa en Simba, les diré que amor de familia, ya tengo bastante y me encanta, tengo un trabajo que me ayuda a crecer y que con el aprendizaje diario, alcanzaré los objetivos deseados profesionalmente.

Así que si Santa no existe, y a mi papá no le puedo pedir un novio, siempre me quedará mi arma secreta que es la que me llevará hasta dónde me lo proponga. Se llama ACTITUD, levantarte cada mañana con tal fuerza, templanza y seguridad en mi, que hasta el diablo diga, ¡Orale!, esta cabrona ya se levantó.

Si de plano no te ayuda eso, entonces es momento de sacar el Plan B, American Express de mi vida y de mi corazón.

¡Felices Fiestas, sufridas deudas!

g.suárez
Dic-11

9 de octubre de 2011

Los Desconocidos “TREINTA”

Durante toda mi infancia y parte de mi adolescencia, SIEMPRE esperaba con ansias el día que me preguntaran mi edad poder responder con mucho orgullo: tengo 30 años. Cómo no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, hace unos días los 30 me alcanzaron.


Fue hace poco menos de 6 meses cuándo me entró el nerviosismo acompañado con una especie de depresión por estar tan cerca de atravesar la línea entre equivocarte y componerlo, de los veinte a los treinta. Tal vez porque en ese momento había decidido dejar mi trabajo, mi corazón, sentimentalmente hablando no estaba muy bien y ni que decir de mi salud, en dónde los doctores me recetaban desde ibuprofeno pasando por Prozac ó hasta tener un hijo. ¿WTF Jhonny?

En fin, después de un montón de eventos desafortunados, entre chocar, pasar traiciones amistosas, ver como tu cuenta de banco empezaba a minimizarse, no encontrar chamba y además casi llegar a los treinta, no bueno, para mi era lo peor, lloraba por los rincones, de mi humor, ni hablamos, no quería salir con nadie o salía de más a enfiestarme tanto que todas las mañanas de Domingo me lamentaba por la visita del karma más rápido llamado cruda.

La realidad es que las cosas siempre vienen en combo y solo tú sabes si las tomas con optimismo o pesimismo, y pues yo y mi GRAN convicción por ser la mejor Drama Queen del mundo mundial, obvio me fui por el camino pesimista. ¡QUE HUEVA YA SE!

Una semana antes de llegar a los “temerosos” treinta, mi vida cambió, por lo menos dio un pequeño giro o yo quise darle la vuelta a la página, no se aún, lo qué si sé es que en cuanto decidí empezar a ver mis eventualidades con filosofía divertida, como siempre lo hacía, las cosas a mi alrededor empezaron a cambiar y para bien.

Este no es un choro motivacional, ni nada de eso que te cambiará el cerebro, simplemente es que como te sientes te proyectas.

Ahora en todos lados, escucho, veo y leo que entré a la etapa más productiva de una mujer, la más satisfactoria, en dónde lo laboral, lo emocional y lo físico se complementan para lograr sus objetivos.

¡Ya no soy una niña! De la noche a la mañana sentí que brinqué esa línea; ahora me siento con mucha más responsabilidad, pero a la vez con la motivación para llegar a mis metas de corto y largo plazo, una mujer que está de vuelta de vuelta al ruedo ejecutivo, con un nuevo trabajo y nuevos retos.

Tal vez vendrán más caídas y junto con ellas mucho aprendizaje. Ahora estoy segura que ya puedo responder con mucho orgullo mi edad.

Los treinta son un sendero desconocido, el cuál estoy MUY emocionada por empezar a conocer.

g.suárez

26 de agosto de 2011

SIN PALABRAS...

*Inspirado en los hechos ocurridos en el Casino Royale Monterrey N.L. 25-Agosto-11
53 Muertos*

Hace algunos días pensaba que ya era hora de escribir, por alguna extraña razón no tenía nada que plasmar, ni las “Ladys de Polanco” me llamaban la atención, y ni me inmuté ante la renuncia de uno de los íconos más importantes de Apple, Steve Jobs.


¿Quién iba a pensar, que detrás de esas noticias sin trascendencia, hoy si tengo que escribir? Es algo de lo que no me siento orgullosa, al contrario, me llena de tristeza y de indignación.

No vengo aquí a echar tierra al Gobierno, ni tampoco ha hacerla de activista social detrás de una computadora sin hacer más nada. Vengo a plasmar mi sentir sobre lo que está ocurriendo en mi ciudad, en MI PAÍS, ese País que ahora, gracias a las redes sociales, es Trending Topic Mundial, a causa de la violencia que en estos días se está viviendo. ¡QUE VERGÜENZA!

Antes escuchabas las tragedias en casos aislados, y pensabas pobres personas, ahora cada día es una nueva historia que contar y ya no son casos aislados, es el vecino, la mamá de un amigo, el maestro de la escuela, la amiga del gimnasio. El ambiente se ve gris, la gente se ve triste y el dolor es el común denominador que invade a la población, somos víctimas y victimarios de nuestra propia sociedad, esa, qué le vamos a heredar a nuestros hijos y que desafortunadamente sin un alto cada vez irá acabando con nuestra capacidad de asombro hasta que la indiferencia sea nuestro peor enemigo.

¿Hasta cuándo? Es la pregunta que todos traemos como bandera. Los valores vienen desde la cuna, desde la casa y la escuela. Mientras haya demanda habrá oferta.

Es muy fácil aventar la pelota y sacarle la vuelta a la responsabilidad, pero… ¿qué la responsabilidad no es de todos?, ¿qué no todos somos México?

La culpa no es solo de los gobernantes buenos o malos, los cuales fueron NUESTRA ELECCIÓN, la culpa recae en TODOS, ya que desde el momento en que solo hacemos blah blah blah, y no actuemos estamos ayudando a la corrupción, si le damos mordida a un tránsito para que nos quite la multa estamos fomentando el poder mal canalizado, cuándo compramos piratería o todas esas cosas que sabemos no son “derechas” le estamos aplaudiendo al crimen.

Leí qué “el crimen organizado gana precisamente por que está organizado, algo que el gobierno no puede hacer” Yo lo modificaría al agregarle que es “algo que el gobierno y pueblo no podemos hacer” En fin…

La próxima vez que te burles, te quejes, ayudes, te sea indiferente y te vayas a “echar” un churro piensa cuántos muertos te estás fumando.

15 de julio de 2011

Yo soy muy de ESAS...

Me puse a pensar en las crisis existenciales, los problemas cotidianos y la manera como las personas los intentamos dominar o salir de ellos y me doy cuenta que siempre tenemos que tener un obstáculo para vencer y avanzar.



La felicidad no es estár en un lugar, sino el trayecto para llegar, el camino en el cuál nos encontraremos y tropezáremos con piedras, a veces las mismas, para de nuevo a caer y volver a salir. En este tramo tenemos la obligación de decidir por nuestro rumbo ya que nada ni nadie lo harán en nuestro lugar.


En este “lapsus” emocional está nuestro YO interno, ese que a veces cae y recae, ese que a veces nos alienta y luego nos aplasta, pero qué al final siempre es el único que nos acompaña durante todo este viaje que llamamos vida.


Es por eso que me puse a meditar sobre que tipo de persona fui, soy y quiero ser.


Soy muy de esas que no se quita la pijama en domingo, ya que ese día hasta la suerte está echada, esa que llora con un comercial o con una serie de televisión, esa que cree en el amor y en los cuentos de hadas (muchos producto de su imaginación), esa que muere de ganas por demostrarle amor a su hombre aunque éste tal vez no la ame, esa que se siente triste y feliz por los logros o decepciones de los que la rodean, esa que mientras se arregla tiene el estéreo al máximo y usa un cepillo de dientes como micrófono, baila y canta feliz en calzones solo para sacar el estrés y pensar que en algún momento todo el mundo cambiará, la que en los días lluviosos, mientras se fuma su cigarro está melancólica y pide por su vida, su rumbo, su amor.


Soy muy de esas, que no juzga, porque no le gusta que la juzguen, esa que respeta la inclinación, el pensamiento y la opinión ajena, esa que cree que un par de zapatos nuevos la ayuda mucho más que una sesión con el psicólogo, esa que es egoísta cuando debe serlo, esa que se enoja y es histérica cuando no se sale con la suya. La misma que piensa que la envidia es la mayor prueba de admiración mal enfocada, esa que por fuera es una mujer fatal, pero por dentro es débil y se derrumba. Soy muy de esas que llama la atención, no por ser líder, ni por querer controlar, sino porque lo más importante es sentirse aceptada, muy de esas en las que las puñaladas por la espalda de las personas que quiere le duelen y la van matando lentamente, hasta sentir decepción.


Esa que malamente tiene instinto vengativo hasta que se da cuenta de que muchas veces no vale la pena, de esas que perdona pero no olvida, esa que puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga, esa que no cree en la iglesia, pero si en el ser supremo que nos alienta y ayuda a seguir adelante por medio de la fe.


Muy de esas que quiere independencia e igualdad pero no le gusta cambiar una llanta o arreglar la tubería, esa mujer que contrario a lo que parezca quiere un abrazo, un despertar de besos o una caricia que la haga levantarse de la cama para salir a luchar. Soy de esas que cuando está triste lo complementa con un litro de helado mientras llora en la ventana, muy de esas, que cuando se siente feliz lo grita lo publica, lo emana tanto que lo contagia.



SOY GABRIELA SUAREZ Y SOY MUY DE ESAS…

12 de abril de 2011

Nada es para siempre…

Desde hace varios días estoy tratando de inspirarme para poder escribir, por alguna u otra razón simplemente no tenía ni el ánimo ni la creatividad para poder plasmar algo que los invitara a querer leerme.



No sé si al día de hoy eso ha cambiado, pero lo que sí sé es que ¡Ya tengo algo que plasmar!


Soltar del verbo “dejar ir” es el nuevo estilo de vida –alternativa- con el cual, cada mañana me levanto. Convencerme que lo que sueltes hoy mañana te ayudará a seguir.


¿Cuántas veces nos aferramos a seguir en un trabajo, con un amor o en una situación que lejos de seguir dándonos satisfacciones, lo único que nos da son lágrimas, frustraciones, fastidio y obstáculos para avanzar? ¿Por qué pensar que entre más sufrimiento más grande será el premio del final?


No existe un premio final, cada día es un premio, cada día es un nuevo empezar pero si, cómo en mi caso, a veces preferimos disfrutar de nuestro “sufrimiento” conformándonos con la idea de que allá afuera habrá algo para nosotros que es mejor que lo que tenemos ahorita, estamos fritos.


Suelta y arriésgate son las dos nuevas palabras que debo de grabar en mi mente. Desde soltar la “mamitis vs hijitis” que hay con mi madre y acabe por entender que soy una mujer, hasta soltar el trabajo que no te reconoce como lo que eres una gran ejecutiva responsable que ha dado logros a la empresa, pasando por soltar ese amor que nunca fue amor y solo te dio un espejismo mientras pasaban el rato.


Soy una mujer que cree en los ciclos, y que también, como buena fémina que cuenta con su sexto sentido sabe cuándo está por cerrarse uno, tiene que saber que hacer al respecto antes de que salga dañada.


El dolor es un sentimiento que nos indica que estamos vivos, que sentimos y que en alguna ocasión “eso” fue alegría, que acabó por convertirse en desilusión. Pero aún cuándo el sentirte chinche nos traiga después situaciones agradables por lo reconfortante de una buena compañía al final del día TU SOLA tendrás que salir de ahí.


Llorar, maldecir, añorar, cualquiera que sea la catarsis para dejar ir lo que nos ata a lo inservible, se tiene que usar como arma, ya que es el motor para levantarte y seguir en el camino hacia dónde sea que te saque de esa situación de aletargamiento, costumbre y destrucción propia. *Sigo en proceso de averiguación. Ya les contaré. *


Empezar a escribir una historia no cuesta trabajo, lo difícil en realidad empieza cuando tenemos que plantear el final. Es por eso que mientras sigo escribiendo los capítulos de mi vida, y se los vaya compartiendo, al mismo tiempo los voy disfrutando, riendo, llorando, añorando, gozando ya que como dice la canción un día después de la tormenta siempre sale el sol… y los baches.

16 de febrero de 2011

No se mañana

Tenía mucho tiempo de no sentirme inspirada para poder plasmar lo que voy sintiendo, hoy en el día en que siento caer y solo me puedo sostener del aire, gracias a un sabio consejo que una amiga me dio; siento la necesidad de desahogar mi crisis existencial en este mi espacio y así compartirlo con los que quieran... y los que no, pues no.


Durante mucho tiempo las personas seguimos el (mal) hábito de mentirnos a nosotras mismas diciendo que todo estará bien. Esta mentira conforme va pasando el tiempo nos va haciendo más cobardes y nos regala el peor defecto que hay en nuestro ser: La pérdida de Fe.

No quiero alardear y hablar de Fe inclinándome solo al lado espiritual-religioso, esa ayuda sabemos que la tenemos como un plus y a veces no la utilizamos. A lo que me refiero a la Fe en nosotros, esa que nos ayuda a avanzar y a salir adelante después de todos los obstáculos que se nos van presentando a lo largo de este viaje llamado VIDA.

Cuándo era una niña inocente de escasos 13 años, recuerdo que mi novio de secundaria me había cambiado por una amiga del salón. Me sentía morir y creía que NUNCA en la vida lo olvidaría. Lloré por días y noches enteras pensando en el martirio que sería verlo diario y convivir con él (¡y con ella!), hacer tareas, estudiar, y un sinfín de actividades que por el simple hecho de sentirme desplazada ya creía que no las podría realizar.

Ahora, 16 años después me di cuenta que logré superar a ese amor de pubertad, y no solo eso; también superé al siguiente, y al siguiente, y al siguiente y… si pude con una boda cancelada, una relación violenta, un novio con síndrome de Peter Pan ¿qué no pueda con esta crisis emocional provocada por algo que de antemano sé que ya no sirve, porque tenía fecha de caducidad. ¡Bah!

Se lee muy fácil, y cuándo es mi lado racional el que está hablando parece que es pan comido y que mañana (léase como futuro) estaré riéndome de este episodio de mi vida que me trajo muchos momentos buenos en el cielo, pero también cualquier cantidad de sal contenida en las lágrimas que se han derramado por esos momentos cayendo al suelo.

Hoy, el reto es conmigo misma, demostrarme qué no solamente puedo superarlo, sino que también saldré triunfadora en la competencia que hay a mi alrededor en dónde el premio es una enseñanza de vida que trataré de poner en práctica en “Futuras Ocasiones”

No sé si mañana me tire a llorar de nuevo, y maldiga ese momento en el que mi vida vino a cambiar mis sentimientos, mi rumbo y mis objetivos, no sé si mañana sea tanto mi dolor que quiera tirar por la borda todo esto y de pasada tirarme yo también, lo único que sé es que HOY ya decidí, y decidí ver por mí y para mí, hacer las cosas para MI provecho, firmando con sangre y grabándome de memoria el hecho de que no es bueno tratar de arreglarle la vida a los demás, sabiendo que te llevas de encuentro la tuya propia.

gs