16 de febrero de 2011

No se mañana

Tenía mucho tiempo de no sentirme inspirada para poder plasmar lo que voy sintiendo, hoy en el día en que siento caer y solo me puedo sostener del aire, gracias a un sabio consejo que una amiga me dio; siento la necesidad de desahogar mi crisis existencial en este mi espacio y así compartirlo con los que quieran... y los que no, pues no.


Durante mucho tiempo las personas seguimos el (mal) hábito de mentirnos a nosotras mismas diciendo que todo estará bien. Esta mentira conforme va pasando el tiempo nos va haciendo más cobardes y nos regala el peor defecto que hay en nuestro ser: La pérdida de Fe.

No quiero alardear y hablar de Fe inclinándome solo al lado espiritual-religioso, esa ayuda sabemos que la tenemos como un plus y a veces no la utilizamos. A lo que me refiero a la Fe en nosotros, esa que nos ayuda a avanzar y a salir adelante después de todos los obstáculos que se nos van presentando a lo largo de este viaje llamado VIDA.

Cuándo era una niña inocente de escasos 13 años, recuerdo que mi novio de secundaria me había cambiado por una amiga del salón. Me sentía morir y creía que NUNCA en la vida lo olvidaría. Lloré por días y noches enteras pensando en el martirio que sería verlo diario y convivir con él (¡y con ella!), hacer tareas, estudiar, y un sinfín de actividades que por el simple hecho de sentirme desplazada ya creía que no las podría realizar.

Ahora, 16 años después me di cuenta que logré superar a ese amor de pubertad, y no solo eso; también superé al siguiente, y al siguiente, y al siguiente y… si pude con una boda cancelada, una relación violenta, un novio con síndrome de Peter Pan ¿qué no pueda con esta crisis emocional provocada por algo que de antemano sé que ya no sirve, porque tenía fecha de caducidad. ¡Bah!

Se lee muy fácil, y cuándo es mi lado racional el que está hablando parece que es pan comido y que mañana (léase como futuro) estaré riéndome de este episodio de mi vida que me trajo muchos momentos buenos en el cielo, pero también cualquier cantidad de sal contenida en las lágrimas que se han derramado por esos momentos cayendo al suelo.

Hoy, el reto es conmigo misma, demostrarme qué no solamente puedo superarlo, sino que también saldré triunfadora en la competencia que hay a mi alrededor en dónde el premio es una enseñanza de vida que trataré de poner en práctica en “Futuras Ocasiones”

No sé si mañana me tire a llorar de nuevo, y maldiga ese momento en el que mi vida vino a cambiar mis sentimientos, mi rumbo y mis objetivos, no sé si mañana sea tanto mi dolor que quiera tirar por la borda todo esto y de pasada tirarme yo también, lo único que sé es que HOY ya decidí, y decidí ver por mí y para mí, hacer las cosas para MI provecho, firmando con sangre y grabándome de memoria el hecho de que no es bueno tratar de arreglarle la vida a los demás, sabiendo que te llevas de encuentro la tuya propia.

gs