30 de abril de 2013

VACAS FLACAS, VACAS GORDAS.


Ya es Lunes y es la 1:46am, estoy muriendo de sueño, y aunque tengo que aprovecharlo ya qué últimamente no se si ya me llegó la edad edad, o mi mente tiene tantas cosas en que pensar y arreglar que duermo muy poco; pero en estos momentos estoy con la musa de la inspiración aquí dictándome y no me puedo dormir sin antes escribir estas letras.

Según el libro del Génesis, cuándo te refieres a la frase Vacas gordas y vacas flacas, estás haciendo alusión a los periodos de mucha prosperidad y a los periodos de escases. Aunque define lo económico y lo material, hoy lo re direccionaré a lo sentimental.

Hay momentos en que no se te acerca ni un vendedor de Biblias, y que sientes que eres tan invisible que ni la puerta eléctrica del supermercado te detecta, y hay otros momentos que parece que eres el efecto AXE® personificado y atraes cuanta testosterona pase por tu camino.  No sabes a que se debe, pero hasta parece que tu vida esta musicalizada y andas como dirían en mi pueblo, “con todo“

En mi experiencia, he pasado las dos etapas, y aunque mentiría al decir que prefiero estar más ignorada que un disco de Gustavo Lara, tampoco diré que el tener a varios prospectos detrás de mi es maravilloso.

¿Por qué no lo es?... Porque para empezar soy libra, y crean o no en los  horóscopos, de perdido lo leen para probar su lado incrédulo, sabrán que los libras somos muy indecisos, tanto que me tarde en decidir si poner o no este párrafo. Luego le sigue la onda de escoger con quién si salir, con quién solo platicar por chat, con quién de plano pasarte de largo y con quién darte una oportunidad.  Para rematar con que si se te ocurre salir con varios, (en plan amistoso, no se alarmen, ni se den golpes de pecho) y se llegan a enterar, entre ellos, no bueno como les explico que se remasterizaría la versión de la apedreada a María Magdalena.

Lo que quiero contar, hablar, comentar, compartir, externar, sacar (¡En tu cara Adela Micha! yo también tengo sinónimos) es que tienes que irte con pies de plomo, y con la cabeza fría ya que elegir mal a un prospecto es como elegir mal unos zapatos, puedes caminar con ellos pero a la larga te van a lastimar, o los vas a desechar. Y ese no es el punto. A los 31 ya no puedes andar por ahí jugando al ensayo y error como no tuvieras más cosas que hacer, como trabajar en tu futuro, construir el mismo, y gastar en Botox.

En fin,  creo que es tiempo de vacas gordas, y se que mi abuela seguramente estará feliz porque se le nota que lo que le urge es que “se logre“ su nieta.

Por eso mientras duermo, me decido si publicar o no este escrito (si lo estas leyendo es que si lo publiqué), analizaré mis momentos de vacas flacas y gordas, y a su vez trataré de domar, sacar a pasear y a veces hasta dejar que se me vayan sus primas , las cabras.