28 de julio de 2013

Dime que publicas y te diré de que...


Tal vez es muy ambiguo el titulo de este escrito pero, no me pidan mucho, es domingo, hace calor, no he comido y mi vocecita literaria interior me obliga a escribir.

Con la revolución cibernética y con todas las redes sociales que existen hoy en día, para nosotros los simples mortales es mucho más fácil desarrollar nuestro lado frívolo y superficial.
 
Facebook, Twitter, Instagram entre otras, son herramientas que usamos DIARIO, para conocer y saber que hacen nuestros amigos, conocidos y hasta enemigos. No obstante, así ponemos a trabajar a nuestro ratón cerebral, y con éste a hacer propias conclusiones sobre la vida ajena.

»Bienvenido al mundo en el que avientas una piedra, le pega a todos menos a quién va dirigida.«

Twitter está lleno de frases que te hubiera gustado que se te ocurrieran a ti, Facebook, de “amigos“ que en la vida real ni ves, e Instagram, de fotos que hubieras preferido presumir tú. Así es esto, ver el jardín de la vecina más verde que el tuyo no es nuevo, viene desde muchos años atrás solo que ahora las redes sociales lo magnifican porque lo ves en el aquí y el ahora, el viaje, la fiesta, los regalos o las compras.

Ahora somos nuestros propios fotógrafos, utilizamos espejos para mostrar nuestra vestimenta (me incluyo), nos creemos críticos de política, moda, deportes y religión, damoslike a comentarios por dos razones: por que realmente te gusta lo que ves, o porque estás mandando un “ya supe que me lo escribiste a mi, pero no lo aceptaré“

No estoy diciendo que esté bien o esté mal, a veces es terapéutico el arte de ser stalker, las redes sociales se han convertido en los mejores chismógrafos, ya que encuentras hasta lo que no buscas.

En mi caso particular, puedo describir mis publicaciones como de tres Gabrielas distintas, complementándose en una misma.
Twiter: Humor negro, ácido, irreverente y sin tapujos, tanto que a mi mamá le da vergüenza mi cuenta.
Facebook: es mi red amistosa y familiar, voy en contra de publicar mi estado de ánimo, que le importa a la gente si estoy triste, o feliz. Para empezar si estas triste no tienes ganas ni de bañarte, menos de escribir un status para que todos te soben el lomo, y si estas feliz, tan lo estás que no necesitas publicarlo ya que se nota. Las cadenas de oración, lo niños con tumores y los concursos no son más que bases de datos que juegan con el morbo de las personas así que tampoco soy fan de los mensajes religiosos o altruistas NO SOY LA MADRETERESA.
Instagram: Mi lado frívolo, superficial, presuntuoso y sí, por qué no, aspiracional. Hoy me puse esto, de marca tal, con esto. Fui de vacay aquí y compré esto... En fin. 

El secreto está en aceptar cual es tulugar, tu limitantes y tus herramientas para llegar a donde quieras llegar.

“La gente que quiere demostrar una vida que NO tiene, es la misma que sólo se fija en que tienen los demás“

g.suárez