6 de abril de 2010

Dos Poderosas Razones

La otra noche mientras disponía a echarme (literalmente) a ver la jugosa programación de la televisión, me percaté que para poder tener mucha (más) fama solo necesitas dos cosas: Aceptar que eres gay y enfrentar el escrutinio del público o tener un par de “boobs” (busto como dice mi madre, lolas como dice Fabián, chichis como dice el resto de la gente) que te hayan costado más que el enganche de una camioneta de ñora baquetona .

Qué es lo que hacen dos litros de silicón, que te provocan sentirte más segura que Angelina Jolie ayudando a la gente en Camboya?

Debo confesar que aunque yo pertenezca a ese porcentaje de la población femenina que batalla mucho para encontrar un brassiere adecuado y así ayudar a sostener un poco más de “lo habitual”, en cuanto a bubíes se refiere; me encantaría poseer esa sensación que te da el confirmarle al mundo que.. Lo hiciste! Pudiste ir en contra de la corriente (y de las envidiosas ja!) y gastaste lo que quisiste en ese par tan querido por muchos…

Como mujeres, lo primero que decimos (Tooooooodaaas!) al ver a una escultural mujer con escote y con unas “lolas” súper firmes es, OBVIO está operada (y qué??? ) O cuando algún amigo (léase amigo, sexo masculino, no gay!) te dice que una de tus amigas esta guapa, linda o buena… -hay súper operada- es tu contestación… nos debería de dar vergüenza, peor bueno al fin y al cabo es el género el que nos sobrepasa y en alguna ocasión hemos utilizado esa salida para descargar nuestro veneno.

Tengo varias amigas muy valientes que se han atrevido a hacerse arreglitos, y saben que! Bien por ellas!!! Si es por lo cual se sentirán mejor me da mucho gusto. Hay mujeres que se pintan las uñas de rojo para sentirse más sexys, habremos otras que nos pintamos las pestañas para agrandar el ojo y nos bronceamos con cremas para vernos “mejor”, entonces no veo el porqué es tan criticado el que existan mujeres que quieren tener 50mil pesos invertidos en sus “nenas”?... cada quién gasta lo que quiere en lo que quiere no?

En un caso particular, Yo nací con ese “plus”, que a muchos vuelve locos, a otras tantas les provoca ulceras por aquello de los corajes de la envidia, y a mi madre le da –mortificación- porque siempre –según ella- las traigo enseñando el mundo real.

Me levanté una mañana en 2do de secundaria con la gran sorpresa de que dejaría los corpiños y tendría que buscar un bra que me sostuviera todo aquello…

La verdad los primero años con “esos globos de carne” fueron un caos, a dónde fuera me ponían apodos, me decían que rellenaba mis sostenes con algodón, y que quería presumirles a las planas –muchas se quedaron así- que yo tenía más razones, dos siendo exacta, para ser el centro de atención…en fin de exhibicionista no me bajaban!

Conforme pasaba el tiempo me daba cuenta que una maldición no era, por algo las tenía y debería de hacer uso de sus poderes ja ja!

Hoy, que parece que persigo los 30 porque ya casi los alcanzo, me doy cuenta que no es el tamaño, ni si las enseñas o no, es la seguridad con la que las portas, la seguridad de uno mismo es la que hace que se te vean geniales, vulgares, o ridículas…

NO importa si son de silicón, de algodón o de carne… Todas son NATURALES porque son parte de tu cuerpo y tu solo sabes cómo lucirlas.
Lo que no se vale es estar esperando en una de esas clínicas a lado del Dr. Del Villar o de Valentina de Albornoz para que te inyecten aceite de bebe o plástico de bolsas de soriana.

Si, es verdad yo poseo DOS poderosas razones para triunfar, las cuáles me han ayudado mucho a ser lo que soy ahora. Una es la seguridad en mi misma, y en lo que puedo hacer por mi y por los demás, y la segunda es la buena vibra que sé (de buena fuente) que emano y por la cuál a mi alrededor está todo lo bueno que tengo…

Las otras dos… solo son un valor agregado en mí el cuál dicen que mi D de “Demasiado” , más bien yo diría es D de “Dama, Divina, Diosa o Diva!”