17 de enero de 2012

SIN TITULO...


Estoy frente a mi computadora con la mente en blanco, cansada de pensar como hacerle entender a mi jefe los beneficios de las campañas de social media.

Entonces el siguiente paso, para despejar mi cerebro es escribir la columna de esta semana, la cuál tampoco tengo ni #$%/&* idea de que se tratará,  así que empezaré a escribir como desquiciada a ver que sale.

El fin de semana pasado, me pasó de noche, no hice nada interesante, me la pasé en piñatas de los hijos de mis amigas y después en pijamas en mi casa. ¡BRAVO! Que divertida soy ya se.

Por otro lado, estoy empezando a escribir mi libro, el cuál tratará de lo mismo de siempre, las cosas raras que pasan en mi vida poco convencional. Un recuento de todas las columnas que he escrito y de las que faltan, obvio con el humor negro que me cargo y los acontecimientos sociales que nos rodean.

No puedo evitar preguntarme ¿A quién salí? ¿ Por qué no soy normal? Es aquí dónde empieza esta pequeña historia (o histeria, se los dejo a su juicio).

¿Qué es ser Normal?

Si normal, es nacer, crecer, reproducirse y morir, yo aún estoy en la segunda etapa, la del crecimiento (¡no!, no para los lados) Me gusta aprender, probar cosas nuevas, equivocarme, y volverme a equivocar y de nuevo equiv¡OK BASTA!

Estoy pensando muy seriamente empezar a vender mis errores, ya que dicen que se pagan muy caros, entonces, haré una venta de garaje tipo emocional para deshacerme de ellos. ¿Quién da más?

… aún no defino que es normal, lo sé, espérenme tantito .

Si tener que seguir a la sociedad, y a lo que ésta nos indica como DEBER SER, entonces no, no me defino como una persona normal, y no es que me guste contradecir lo impuesto, pero ¿ quién lo impone?

Durante toda mi vida, he vivido con ciertas normas, siéntate bien, no hables con la boca llena, no digas malas palabras,  estudia y saca DIEZ, cásate y forma una familia, debes obedecer, debes, debes, debes… y lo único que debo hasta el momento es dinero al banco.

No soy una hipster (ni siquiera se que significa eso bien a bien) pero no comulgo (ni en la iglesia) con mucho de lo que ustedes llaman “Normas“ Me gusta escribir, me gusta la moda, amo los zapatos, aún no sé si quiera un marido e hijos, y tampoco creo mucho en eso del fondo de ahorro para el retiro. Vivir al día es lo que me apasiona, descubrir a diario lo que me mueve hacia adelante. Llorar cuando quiero llorar y reír cuándo lo tenga que hacer. Cuidar mi alimentación por salud y no porque mi amiga está más flaca que yo y tenga que ganarle. Si no quiero bañarme un domingo, no lo hago y me importa un bledo si me dicen sucia. Gastarme toda una quincena en un par de zapatos, aunque después no tenga dinero para ir a presumirlos. 

Soy como soy, y no me interesa si eso es ser normal o anormal.  ¿Quién dice qué?

Amo a mis padres porque se encargaron de educarme hasta la edad en la que ya pudiera tomar decisiones, buenas o malas, ya mi´jita tendrá sus consecuencias. Aunque acá entre nos, ya se qué siempre están ahí pal´apoyo moral (o económico) si es necesario.  Y también para escuchar a mi madre decir GABRIELA, HIJA DE LA CHINGADA TE LO DIJE!!!

En fin, tendría que pasarme más de una tarde en tratar de encontrar la definición para la normalidad, pero creo que es más complejo eso a que persuadir a mi jefe y qué entienda la importancia de las redes sociales en una compañía.

Así que después de confundir más a mi pobre hámster cerebral, seguiré haciendo lo que mejor me sale, conquistar al mundo, y por conquistar al mundo me refiero a seguir trabajando como negra, para vivir como blanca y gastar como millonaria.

No, no se que es ser normal y tal vez nunca lo sepa, pero así con mis bajas y altas soy feliz, y cuándo no lo soy, un par de zapatos nuevos y el abrazo de alguien especial me recuerdan que la vida es una tómbola, tom tom tómbola, y siempre habrá alguien peor que tú…


g.suárez