25 de noviembre de 2012

Dulce Truco...

Nota: Esta columna pertenece al mes de Octubre.


Tengo tres días sentada frente a la computadora tratando de escribir la columna dedicada al mes de octubre, pero por alguna razón mi ratón sigue en huelga, creo que me pide un ascenso, y no me da la creatividad necesaria para hacer de este un escrito decente.

Así que sobre aviso no hay engaño, escribiré tal cual fuera una lluvia de ideas, mientras escucho de fondo »Making love of out nothing  at all« de Air Supplay.  ¡Qué Dios los agarre confesados!

Octubre, mi mes, el mes del cáncer de mama –tóquense- , y el mes de las brujas –conozco unas cuantas-. Un mes en el que le decimos adiós al calor brutal y empieza a sentirse el otoño (No aplica para Monterrey, lo siento), y con éste llega la melancolía, las ganas de abrazos y apapachos que nos sirvan solo de calentadores es tiempos de frio. En fin, Octubre, la antesala para prepararnos para el fin de año y en este caso del fin mundo ¡MAYAS, los estamos esperando! 

Tantos mundos, tanto espacio y… ¿porqué todos nacemos en Octo-Beer? … Simple y sencilla razón: Frío de Enero, mal consejero e incitante a concebir gente rara que nace en octubre. ¡Hola mamá!

Nota: Ahora suena »Soldado del amor« de Mijares, no me pidan coherencia por favor.

Siempre me produce un estrés monumental, el no saber de que vestirme en Halloween, tomando en cuenta lo malinchistas que somos al festejarle la fiesta a las brujas y no esperarnos dos días más y festejar a nuestros muertitos. Desde el 14 febrero me da por buscar disfraz, y NUNCA consigo enfocarme y hacer algo digno. Siempre termino de enfermera, marinera o pirata, sí, lo sé mainstream es mi nombre.

Aunque me llene de nervios por no tener disfraz, siempre me las ingenio para pasármela de miedo, literal. Cómo este fin de semana, que aunque no me vestí más que de mi, improvisando fiestas al vapor, siendo réferis imaginarios para problemas de convivencia entre los participantes y cerrando con broche de oro, tener frente a mi la imagen de micrush muy feliz con otra… pues no me quedó más remedio que aceptar el truco y no el dulce que me deparaba la noche de brujas, halloween.  Aún con todo esto, me la pasé como me la debí de haber pasado, y como dice un amigo, Somos (fuimos y seremos) un éxito.

No importa el disfraz, ni el plan, ni la fiesta.. importa la actitud que tengas para enfrentar los fantasmas y los monstros que esa noche y todas las demás aparezcan en tu mente…

Total… el hígado se regenera –toma nota, corazón-

* Esta columna se termino de escribir escuchando de fondo »Con Cualquiera« de La Leyenda Ft Genitálica. ¿Coincidencia… ¡No!, no lo creo.