11 de mayo de 2009

La influencia mediática… alarma mundial o debilidad mental?

Es impresionante ver lo rápido que se puede propagar un virus, y más si este es psicológico. Me resulta un poco desconcertante que muchas personas aparentemente en todas sus facultades mentales, se sugestione de tal manera que en cuestión de tiempo crea que esto es un “castigo divino” o lo que es peor… el fin de los tiempos.

Es por todos conocido lo que al día de hoy está moviendo al mundo. Me refiero a la sobre información que existe en todos los medios ante el posible comienzo de una epidemia a causa de un virus que en algún puerco mutó.

Lo que me llama mucho la atención es que la sugestión puede ser mucho más peligrosa que el propio virus ya que si bien éste solo te pone débil y te incapacita un poco, la sugestión te arrastra al terror y a creer que morirás… lo que en realidad es cierto eso es lo único seguro, todos Moriremos… algún día!

No estoy demeritando la situación, tampoco estoy diciendo que sea mentira ni que somos un país de ignorantes a los que puedan manejar fácilmente (al menos cierto porcentaje de la población no!). Lo que me detengo a cuestionar es el hecho de tanta alarma.

En mi muy humilde opinión, no sería mejor que en lugar de informarle a la población sobre todas las víctimas agonizantes y moribundas que hay, se dieran a la tarea de comunicar y DEJAR CLARO que la enfermedad ES CURABLE, cuáles son los medicamentos necesarios y no porque la tengas estás condenado.

No puede ser más alarmante que cada que cambies el canal cambia la cifra de infectados (con mucha diferencia en los números), que llegues al supermercado y haya escases de cubre bocas, que no quieras ni siquiera besar a alguien por temor al contagio. Es más fuerte la epidemia mediática al afecto que quieras expresar?

Tiene más peso el temor por una congestión nasal común que un temblor de 5.6 grados en una de las Cd más importantes del país? Al final si el temblor hubiera sido como el del 85… también te mata no? Cabe mencionar la frase “de algo nos tendremos que morir”? O podemos seguir con nuestra vida normal siguiendo las indicaciones necesarias sin llegar a volvernos locos?

Protagonismo, rebelión natural, señal apocalíptica o preliminares políticos, lo que sea! Lo que sí es un hecho es que la nación entera espera por el antídoto para calmar una vez más el estrés causado por la sobre exaltación de la emoción.

La verdadera preocupación es la falta de información genuina para poder enfrentar un acontecimiento de esta magnitud.

Terminaría por decir que nuestra mente aún es débil y somos más propensos a propagar una epidemia mental más mordaz y fulminante que la que hoy está invadiendo México.

Gabriela Suárez